
El evento se centró en evitar el determinismo tecnológico, resaltando la creatividad y la inteligencia humana como recursos insustituibles frente a las máquinas. Se promovió el enfoque de rodear nuestro trabajo de pasión y sabiduría, descubriendo así el valor de aprender y reflexionar sobre el cambio climático. A través de herramientas educativas y recursos didácticos, los docentes fueron capacitados para transformar sus aulas en espacios de concientización, motivando a los estudiantes no solo como aprendices, sino como agentes de cambio ante los desafíos ambientales del futuro. Se hizo hincapié en la adaptabilidad y el compromiso como valores fundamentales para enfrentar un futuro incierto, destacando la urgencia de la acción climática como una responsabilidad única de nuestra generación.



